Cómo organizar una boda

La vida es rosa, todo es maravilloso y sois una pareja enamorada como sólo vosotros podéis estar enamorados. El amor está en el aire para vosotros todos los días, y por eso, no sólo tenéis ese sentimiento tan profundo e intenso, sino que queréis estar juntos siempre, por lo que habéis decidido dar el paso de unir vuestras vidas y casaros, porque sois el uno para el otro y queréis ser una familia, tal vez con hijos e hijas, queréis forjar un futuro juntos para el resto de vuestra vida.

Esa es la parte idílica de vuestra nueva situación de novios que se van a casar, pero os queda, se mire como se mire, una dura tarea, pues igual que deseáis formalizar y sellar legalmente vuestra relación entre vosotros mismos, también lo queréis anunciar al mundo y celebrarlo con todos ellos: padres, hermanas y hermanos, familiares, amigos íntimos y cercanos, compañeros de trabajo, etc., y esa tarea es la de organizar una boda: ¡la vuestra!

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Parece una tarea abrumadora ante tanto preparativo, como es la fecha, el lugar, a quien invitar, donde celebrar el banquete y la ceremonia, el menú, la decoración, la vestimenta… y todo tiene que estar listo para una única fecha, hora y lugar, y además vosotros sois los protagonistas del acontecimiento.

Pero no temáis, pues aunque es un acontecimiento que precisa de muchos detalles y coordinación, una buena planificación será la llave para llegar al día señalado con tranquilidad y con la convicción de que todo saldrá a pedir de boca porque todo está previsto, incluso los posibles fallos, con lo que vuestra mayor preocupación será disfrutar de uno de los días más felices de vuestra vida.

Para ello os damos alguna pauta sobre cómo organizar una boda con todo lujo de detalles pero sin mayores quebraderos de cabeza.

El calendario

En primer lugar, lo mejor es ponerse con un cuaderno y un bolígrafo para trazar un calendario con la lista de cosas que hay que hacer y cuándo hacerlas, para que al final todo salga como un reloj. Los plazos que te indicamos a continuación son, evidentemente, adaptables a tus tiempos. Habrá quien decida casarse en un año, y otras parejas lo plantearán para seis meses, o quizá dos años. Pero no está de más recordar que uno o dos años no es un plazo tan descabellado, dado lo que tardan los trámites legales , tanto los civiles como si añadimos los religiosos, junto con el resto de preparativos

En todo caso, el calendario de actividades preparatorias más recomendable es el que a continuación se indica, y con él todo irá cuadrando en su momento apropiado y no habrá nervios ni angustias por cabos sueltos que puedan dar al traste con la magna ocasión de vuestra vida, como es el día de vuestra boda.

Un par de años de antelación

Un par de años antes o uno, aproximadamente, es un plazo ideal para definir cosas como la fecha de la boda, y la hora, si será por la mañana o por la tarde, es decir, si el banquete será un almuerzo o una cena. Por eso también será el momento de de localizar donde se celebrará ese banquete de boda y reservar el lugar. A esto hay que añadir si donde se celebra la boda es un lugar que precisará que los invitados se queden a dormir, ya sea porque lo paguéis vosotros, ya sea que corra por cuenta de ellos, de todas maneras habrá que reservar las habitaciones necesarias.

Evidentemente, esto implica también pensar en el número de personas a quienes se invitará, lo que a su vez está relacionado directamente con uno de los capítulos principales, como es el presupuesto con el que contamos. Acorde a vuestra capacidad adquisitiva -ya sea que lo paguéis vosotros, o los padres de la novia o del novio, o de forma compartida- se podrá invitar a más gente o se podrá ofrecer un menú más suntuoso o se podrá contar con un entorno con más detalles decorativos o de agasajo a los participantes… A la vez, habrá que buscar y solicitar la reserva de un día determinado para la celebración de la boda, ya sea en el juzgado o en una iglesia, para formalizar legal y si se desea, religiosamente, el enlace nupcial.

A un año vista

Cuando falten unos diez meses aproximadamente para la fecha que habéis elegido para casaros, ya va siendo el tiempo de localizar y concertar planes con posibles proveedores de varios servicios que vayamos a necesitar en la preparación de la boda, como son el fotógrafo o profesional que haga el reportaje fotográfico y el vídeo de ese día especial, sea una empresa o una persona o dos quienes se encarguen de plasmar la celebración. O si vamos a usar un servicio de cátering, ya sea para el banquete completo, por lo que llevarán todas las viandas y se encargarán de que esté todo caliente y preparado y de servirlo, como si sólo lo necesitáis para un aperitivo, o por otro lado, necesitáis un servicio de camareros/as aunque la comida sea preparada en el lugar de la celebración. De la misma manera, tal vez queráis usar los servicios de un decorador de todo el entorno, de la iglesia o del salón del ayuntamiento o del juzgado -si es posible-, o incluso si queréis contar con el trabajo de un planificador de bodas profesional, o wedding planner, habrá que realizar las visitas correspondientes a sus oficinas o tiendas para contratarlos.

Igualmente, alrededor de ese plazo de unos diez o doce meses antes del evento será ocasión de hacer una lista de invitados preliminar, a partir de aquellas personas que os parece imprescindible que os acompañen, como familiares y amigos muy cercanos, para después añadir a todos aquellos que queréis que también estén presentes, como familia más lejana o amistades que os gustaría volver a ver, compañeros de trabajo, incluso algunas personas que consideráis que es de cortesía invitar a vuestra boda. Si váis a tener padrino y madrina de boda, o damas y pajes de honor, también es necesario que vayáis apalabrando con ellos su presencia y su función.

Otro detalle de gran simbolismo son los trajes de boda, el de la novia y el del novio. ¿De largo y blanco para ella, o de corto y de color? ¿Un frac o un esmóquin para él, un traje, tal vez, para él? ¿U os gustaría un estilo más informal, lo que no quiere decir que no sea una vestimenta elegida especialmente para la ocasión? La ropa de gala suele suponer un gran gasto, por lo que es importante elegir bien y con antelación, ya sea confeccionada a medida o encargada en una tienda especializada.

Y por supuesto, está la luna de miel. Hay que decidir a dónde queréis ir a pasar vuestra luna de miel, ya sea a una playa llena de sol o hacer un recorrido por un país lejano, o pasarla en una estación alpina con nieve y esquíes, o asistiendo a los conciertos de vuestros cantantes favoritos. Las opciones son infinitas, y aquí también mandará el presupuesto y los gustos de los contrayentes, pero en todo caso, lo sensato es ir realizando las reservas pertinentes, o al menos, pidiendo los presupuestos de gasto correspondientes, ya sea en una agencia de viajes, o directamente con los hoteles o residencias que vayamos a ocupar, o sacando las entradas en su caso, o los billetes de avión o tren si fuéramos a usar estos medios de transporte, etc.

Medio año antes

Cuando el tiempo de la boda se acerque, y queden unos seis u ocho meses, aproximadamente, hay que empezar a cerrar cosas, como realizar la reserva del viaje de la luna de miel en la agencia de viajes elegida, o las reservas adonde vayamos, si no lo hubiéramos hecho todavía. También es el momento de cerrar la lista de invitados y enviar las invitaciones, para que los asistentes puedan organizar sus previsiones, lo que significa encargar los tarjetones en una imprenta o papelería, con un diseño que convenza a ambos, novia y novio, por lo que también deberíais sentaros a pensarlo con antelación.

Si la boda tendrá ceremonia religiosa, es muy probable que tengas realizar algún cursillo prematrimonial o alguna preparación religiosa similar, por lo que hace falta que acordéis con la parroquia correspondiente las fechas necesarias, si sois católicos, o su equivalente en otra confesión que podáis profesar. Además, está la música que queréis escuchar en la ceremonia y después en el banquete y tal vez en el baile que tenga lugar después. Son distintos estilos, evidentemente, pero si hacéis una selección, el ambiente musical, algo básico para que la fiesta de vuestra boda lleve vuestro sello personal, contribuirá a que todo os parezca redondo.

Y luego está, una vez hecha la selección musical de las distintas horas de las celebraciones nupciales, arreglarlo con el o los responsables de que suene esa música, sea una orquesta o banda, un discjockey o conductor musical con un equipo apropiado, o alguien simplemente que se encargue de colocar los discos compactos en el equipo de sonido en cada momento.

Y ya será también tiempo de que compréis las alianzas o anillos de boda que intercambiaréis en la ceremonia, tal como manda la tradición, y guardarlas con todo el cariño del mundo hasta el momento del “Sí, quiero”.

Tres meses antes

Cuando la fecha de la boda se va acercando, es el momento de ir rematando los diversos asuntos que se han ido preparando. Por ejemplo, completar toda la documentación que preciséis para la tramitación legal o religiosa de la boda, o ambas, elegir el traje y complementos que llevará el novio, y los adornos, calzado y demás detalles que le puedan faltar a la novia, además de elegir y reservar la peluquería donde ella y él se arreglarán el pelo o se lo cortarán, ya sea el día de la boda por la mañana temprano o el día anterior, o la maquilladora si la novia tendrá una para la boda.

De la misma forma, habrá que reservar con proveedores que no se haya concertado todavía, concretar detalles de la ceremonia como lecturas que familiares o los propios contrayentes puedan hacer, o el mismo protocolo de que cómo se desarrollará cada minuto de la ceremonia, antes de pasar a la recepción, si se va a hacer, con algún aperitivo, o no, si se va directamente al banquete.

Un mes, o un par de meses antes

Es el tiempo de los último detalles, como probar el menú, y si es preciso cambiar alguna parte de él, confirmar con todos los proveedores que acudirán y llevarán todo lo que tengan que suministrar, y que lo tienen preparado, confirmar la asistencia de todos los invitados, confirmar con el lugar de la celebración, con el ayuntamiento, la iglesia o juzgado, con la agencia de viajes para la luna de miel… Es importante hacer una lista de lo imprescindible y verificarlo por los propios novios, y dejar lo que no lo es tanto en aquellas personas de confianza, como familiares o amistades, para que revisen y confirmen que están en orden el resto de cuestiones, sin olvidar que siempre puede fallar algo, incluso es casi habitual que algo no esté como queremos que esté. Y lo más importante, disfrutar con la celebración en sí misma, el motivo por el que os reunís es ese, festejar con las personas cercanas que os casais e iniciáis una vida en común, y no dramaticéis mucho con los posibles defectos organizativos.

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